Hay un ardido debate sobre las propinas en Canadá: se están saliendo de control.
Acompáñame en este viaje mientras exploramos las complejidades y controversias de la propina en Canadá. Analizaremos las razones detrás de esta práctica, cómo afecta tanto a los consumidores como a los trabajadores de servicio, cuál es el impacto de las nuevas tecnologías de pago, y veremos algunos trucos para manejar este fenómeno con gracia y comprensión.
Era un anochecer frío de otoño en Montreal y decidí pasar por el servicio al auto de un restaurante de comidas rápidas. Unos minutos antes había salido del trabajo extremadamente cansado, y a pesar de tener un presupuesto limitado, ese día no me quedaban fuerzas para cocinar.
En ese momento ignoraba que mi “aventura” de comer por fuera de la casa iba a venir acompañada de un inesperado dilema.
Al llegar a la ventanilla, para pagar mi pernil de pollo asado, la empleada me presenta una nueva máquina de pagos, distinta a la que este negocio utilizaba desde hace algunos años. Este era un datáfono muy bonito, super moderno.
Pero con esa apariencia moderna venía una sorpresa: en la pantalla, junto con el acostumbrado valor a pagar, ahora me esperaban audazmente varios letreros con diferentes cifras o porcentajes de “propina sugerida”, haciéndome sentir forzado a dar un monto adicional al valor normal que yo esperaba pagar.
La confusión me invadió, seguida por la situación hipotética de vergüenza si yo no diera nada, todo ante la mirada de la empleada del local, que con su voz educada me dice “propina a su discreción”.
En esos pocos segundos me pasaron muchas ideas por la cabeza…
Primero pensé que ella podría considerarme una «mala persona» por el mero hecho de no darles propina.
¿Y qué tal si yo no diese propina… harían algo malo con mi comida antes de entregármela? Entonces, especulé que sería mejor pagar propina para evitar consecuencias…
Sí, pensar todo eso no era para menos…
Hasta hace muy poco en Canadá, en los locales de autoservicio y de comidas rápidas, entre muchos otros lugares, dar propina no ha sido la norma.
Cuando estábamos en pandemia, muchas personas comenzamos a dejarles propina a los empleados de la gran mayoría de locales de comidas en donde normalmente no se dejaba.
Lo hicimos en forma de agradecimiento por su valioso servicio, por estar dispuestos a exponerse a ese virus en tiempos de confinamiento.
La pandemia terminó, y como consecuencia de ella, la inflación subió.
Y, no solamente los comercios en donde históricamente se ha dado propina continuaron solicitándolas, sino que además empezaron a pedir un porcentaje más alto. ¡Incluso aquellos establecimientos que nunca habían solicitado propinas comenzaron a hacerlo!
Y yo no estaba preparado para este “cambio de costumbres” (y aumento de costos).
Pero ya verás que yo no era el único…
Habíamos entrado a la era de la tipflation (la inflación del monto en las facturas por cuenta de las propinas).
Exploremos los porqués del aumento en la exigencia de propinas en Canadá y veamos las reacciones de la gente ante este fenómeno.
Para que nos entendamos, primero definamos las cosas.
Por qué hay que dar propina en Canadá
La propina es una convención social, una costumbre tan antigua que nadie se pone de acuerdo en su origen, pero que se dice que comenzó en la Edad Media en Europa occidental, o incluso antes.
Dar propina era la forma en que los de la nobleza animarían a los servidores de los lugares de comida, bebida y hospedaje para que fueran más rápidos sirviéndoles.
Esa costumbre llegó a América del Norte, en donde en Estados Unidos llegó al punto de ser adaptada por los dueños de los locales y de los trenes de lujo como una forma de evitar pagarle a sus empleados de servicio.
Aunque nunca han pertenecido a los Estados Unidos, las diferentes provincias de lo que ahora se conoce como Canadá, también adoptaron la práctica de la propina, que llegó tanto desde el Reino Unido (Europa), como de nuestros vecinos del Sur, los estadounidenses.
Hoy en día, para nosotros como consumidores, dar propina es un acto voluntario y no está obligado por la ley.
Tradicionalmente (como vimos unos párrafos más arriba) se le ha dado propina a las personas que prestan un servicio, tales como los meseros, los camareros, las personas que atienden en el bar, etc.
Es tan común esta práctica, que la agencia de impuestos considera que las personas que trabajan en esas áreas ganan propina, por lo que deben pagar impuestos de acuerdo con lo que supone que han recibido.
En la provincia de Quebec, así como en la mayoría de los estados de Estados Unidos, un empleado que se espera que gane propinas es pagado, normalmente, por mucho menos del salario mínimo legal, y tendrá que ajustar el resto de su salario con las propinas que reciba.
Hay personas con propinas como parte del salario
¿Quiénes se consideran legalmente bajo “salario a propina”?
Para el ámbito canadiense, en particular Quebec, esto es lo que dice la Comisión de Normas, Igualdad, Salud y Seguridad en el Trabajo (CNESST):
“Se considera que un empleado percibe propinas y gratificaciones si recibe propinas regularmente y trabaja a tiempo completo o parcial en:
- un restaurante (excepto los establecimientos de comida rápida).
- una empresa que venda, reparta o sirva comidas para consumir por fuera del local.
- un bar o evento que sirva bebidas alcohólicas.
- un tren o barco que sirva comida o bebidas alcohólicas.
- un establecimiento que ofrezca alojamiento turístico, incluido un camping.”
Por lo general, esa definición de oficios a propina aplica para todo el país, aunque cada provincia tiene normas un poco diferentes al respecto. Si un oficio no está en esa lista, no quiere decir que no pueda recibir propinas.
¿Qué propina se deja en Canadá?
La propina se deja usualmente de acuerdo con el servicio recibido.
Los porcentajes de propina se calculan antes de impuestos.
Generalizando, para meseros de restaurante, personas que atienden en un bar o para quien te trae una comida a domicilio, se espera generalmente una propina del 15 % del valor de la factura. Te invito a leer el artículo en donde te detallo las propinas sugeridas para cada oficio o profesión, con una infografía fácil a entender:
Nuevas tecnologías y propinas: ¿Generosidad o extorsión?
Si recuerdas, en la introducción te mencioné la moderna terminal de pago que me presentó la señora en el servicio al auto cuando yo iba a pagar con mi tarjeta.
Esas terminales, que tanto facilitan la vida de los clientes, de los dueños de negocio, y de los empleados, vienen con ciertos aspectos que ya tienen a más de una persona descontenta.
Aprovechando su fácil configuración, los empleadores comenzaron a implementar la pantalla de propinas como una forma de atraer empleados o de hacer más dinero, especialmente en los lugares en donde típicamente nunca se ha dado propina.
El porcentaje de propina que te muestran todos estos datáfonos es calculado sobre el total de la compra después de sumar los impuestos, lo que hace que sea un porcentaje efectivamente más alto que el que se suele dar de propina, que es antes de impuestos.
Eso lleva muchos años así, y muchas personas nos hemos acostumbrado a ello y cada consumidor canadiense ha escogido una forma diferente de propinar.
En problema es que cada vez es más frecuente ver terminales que muestran porcentajes sugeridos más altos, comenzando incluso desde el 18 %, en vez del usual 15 %. Sicológicamente, el sistema se aprovecha de que como la persona ya está en la transacción, si le solicitan cualquier cosa al momento de pagar, es más probable que vaya a decir que sí para salir rápido de ese paso incómodo.
Tipping – No words
by u/EducationalTea755 in mississauga
Pedir propina es como un chantaje emocional
Estos son algunos comentarios típicos, vistos bajo los diferentes memes o publicaciones al respecto, tanto en Facebook como en TikTok o Reddit, y tanto en francés como en inglés:
«Es que quieren que uno deje le deje propina a alguien por el hecho de que te alcance un refresco o un emparedado del refrigerador para vendértelo.»
«Uno pide algo para llevar, que uno mismo va ir a recoger, y en la caja del establecimiento quieren que uno les dé propina. ¿Cuál propina si yo soy mi propio mesero, mi propio mensajero?»
Se ha llegado tan lejos con el tema de pedir propinas, que, según lo reporta el Wall Street Journal, en los Estados Unidos ya están dejando tarritos de propina y programando los terminales para ello, incluso en las máquinas para pago en autoservicio de los supermercados, las tiendas de galletas, las cafeterías y los estadios, con propinas sugeridas fijas de 20 %.
En ese mismo artículo del WSJ, se puede leer, haciendo un resumen de los entrevistados, esta opinión: “la propina forzada se siente como una extorsión, sobre todo si jamás interactuaste con el personal, si no tuviste atención personalizada.”
No es para menos, el tema de las propinas por doquier está tan polémico que existe un nuevo término en inglés: tipping fatigue (el cansancio con las propinas).
Tipping fatigue es el hastío que sienten los consumidores ante la creciente presión de dar propinas por bienes y servicios.
Para poner otro ejemplo cercano, cuando estaba realizando la investigación para escribir este artículo le conté a una amiga quebequense al respecto.
Ella, sin dudarlo, me compartió su experiencia.
Hace unos meses, mi amiga fue con otra amiga a un restaurante “normal” (no muy costoso) en la zona del Plateau-Mont-Royal, en Montreal.
Al momento de ir a pagar con su tarjeta ella nota que la pantalla de la terminal de pagos que “sugiere” propinas comenzaba a partir de 18 % en vez del normal de 15 %.
Ella, para salir del paso y no ponerse a calcular el 15 %, optó por escoger la opción del 18 % (recordemos que todos esos porcentajes son realmente mayores, pues incluyen el valor después de impuestos).
Mi amiga quedó sintiéndose muy mal por esa presión y juró jamás regresar a ese establecimiento.
Y esa opinión coincide con muchas otras más que he estado viendo en Reddit, para todo Canadá.
El tema de la propina enfrenta las expectativas de los empleados de servicio con nuestras propias preocupaciones financieras. El costo de vida actual está afectando nuestros bolsillos, y la idea de agregarle una propina sustancial a cada transacción nos añade una capa adicional de estrés.
Es por esto que una creciente cantidad de personas ya no quiere regresar a establecimientos como restaurantes o cafés, y para ahorrar costos están tratando de consumir solamente lo preparado en sus hogares.
Igualmente, un creciente número de personas está deseando que se termine completamente con la cultura de dar propinas, y diciendo que mejor los empleadores le paguen un salario decente a los empleados, en vez de cargar a los consumidores con esta responsabilidad.
Consejos para proteger tu bolsillo a la hora de dar propina
- Familiarízate con las propinas típicas para cada industria u oficio. Puedes consultar este artículo para conocerlas y así saber cuándo es o no necesario dar una propina, y en qué cantidad.
- Incluye la propina en tu presupuesto antes de ir a un lugar en donde se espera que dejes propina. Así evitarás gastar más de lo que puedes o quedarte sin dinero para otras cosas.
- Las opciones de propina que muestran las máquinas de pago con tarjeta hacen los cálculos de propina sugerida después de impuestos, por lo que el porcentaje real que estarías dando es superior al que se muestra en la pantalla.
- Además, si piensas pagar con tarjeta, pero dejar propina en efectivo, es importante que verifiques tu factura para no caer en la doble propina. Verifica siempre tu cuenta para asegurarte de que no estés gastando de más sin saberlo.
Conclusión
La cultura de la propina está pasando por una crisis.
De una parte, los clientes nos estamos sintiendo presionados a dar más propina de lo que podemos o queremos, y, por otro lado, algunos trabajadores de la industria de servicio personalizado dependen de las propinas para complementar sus bajos salarios.
Las propinas son un acto voluntario, pero también una costumbre que, actualmente con la tecnología y las presiones económicas, está cambiando muy rápido.
En un mundo ideal, como sucede en muchos países, el precio indicado para todos los productos y servicios debería incluir los impuestos y las propinas.
Los empleados también deberían ser bien pagados por sus empleadores, sin depender de las propinas para cubrir deficiencias salariales.
Desafortunadamente, esos ideales aún no funcionan en Canadá, por lo que debes aprender a navegar la complejidad de saber cuándo es necesario dar propina y cuando no, sin dejarte presionar.
Por lo tanto, si no te alcanza para consumir algo que incluya propina, reevalúa tus hábitos de consumo y opta por preparar cosas en casa.
Recuerda que es tuya la decisión final de dar o no dar propina. No cedas a la presión de una máquina para obligarte a tomar una decisión con la que no estés a gusto.
Aunque no son obligatorias, las propinas son una forma de expresar aprecio por el trabajo y el servicio brindado por el personal.
Finalmente, no olvides que la propina es una forma de expresar gratitud por un buen servicio, y estás en todo tu derecho a dejar más propina de la usual si estás satisfecho con la atención que has recibido.
Y ahora es tu turno:
¿Crees que la costumbre de propinas debería seguir o terminar?
¿Cuáles han sido tus experiencias con las propinas en Canadá? ¿Y cómo te ha ido con esas pantallas de propina sugerida?
¡Te leemos en los comentarios!
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